abril 21, 2025

Intercambié mi trabajo comercial en Nueva York por la vida lenta en Sicilia, esto es lo que tuve que desaprender

Hacer el salto de un negocio animado en Nueva York a una vida tranquila en Sicilia es como saltar de un tren de alta velocidad en una góndola tranquila.

Tuve que desaprender mucho para adaptarme a mi nueva vida.

El comercio de cilindros Gratge contra viñedos no solo requirió un cambio de ubicación, sino un cambio masivo en el estado mental.

Me encontré intercambiando combinaciones por vestidos de verano y maletines para canastas de productos frescos.

Aquí hay una descripción general de las lecciones que tuve que desaprender cuando elegí el Dolce Vita a escala de la compañía.

1) Besa el ritmo lento

En el corazón de Nueva York, la vida se mueve a una velocidad vertiginosa.

Años en el mundo de los negocios me han condicionado a corresponder a este ritmo, pasando de la reunión a la reunión y tomadas con un sinfín de plazos.

Trasplantándome a los paisajes serenos de Sicilia destinaba a desaprender el mantra del «tiempo es dinero».

Aquí, la vida se mueve a un ritmo tranquilo, como una siesta de la tarde lánguida o una caminata lenta a través de un olivo.

Lo primero que tuve que desaprender fue el minuto de Nueva York.

En Sicilia, las reuniones comienzan cuando todos han llegado, no necesariamente en el momento esperado.

Los plazos son más flexibles, a menudo considerados como una guía general en lugar de una línea dura.

Aprender a abrazar este ritmo de vida más lento fue mi primer obstáculo.

Ha llevado tiempo y mucha paciencia, pero ahora no cambiaría mi tempo siciliano contra nada.

2) abandonar la cultura «siempre en»

De vuelta en mi trabajo corporativo de Nueva York, estaba prácticamente casado con mi teléfono inteligente.

El concepto de equilibrio entre la vida profesional y privada era más una leyenda urbana que una realidad.

Día o de noche, entre semana o los fines de semana, siempre he estado en apelación, siempre accesible.

Constantemente respondía a correos electrónicos, SMS e incluso notificaciones en las redes sociales relacionadas con el trabajo.

Sin embargo, Sicilia presentó un contraste sorprendente.

La primera semana de mi nueva casa, recuerdo que me sorprendieron al ver a los habitantes bebiendo en silencio su café de la mañana sin la restricción de revisar constantemente sus teléfonos.

Tuve que desaprender mi hábito «siempre encendido».

No fue fácil, especialmente durante los primeros días.

Estaba esperando mi teléfono reflexivamente cada pocos minutos, solo para recordarme que no necesitaba estar perpetuamente conectado al mundo digital.

Poco a poco, comencé a saborear la libertad que vino con la desconexión.

Hoy, mi teléfono está principalmente en modo silencioso y lo reviso en momentos específicos del día, no continuamente.

Este cambio personal no solo ha reducido mis niveles de estrés, sino que también me hizo más presente en mi vida diaria.

3) El arte de hacer una cosa a la vez

En Nueva York, la multitarea era el nombre del juego.

La capacidad de hacer malabarismos simultáneamente en varias tareas era una habilidad preciosa, lo que había pulido a la perfección durante mi pasaje comercial.

Sicilia, sin embargo, ha producido una filosofía completamente diferente.

Aquí, el acento se pone en hacer una cosa a la vez y hacerlo.

Ya sea para saborear una comida, cuidar el viñedo o simplemente disfrutar de una conversación, los sicilianos realmente viven en el momento.

Este enfoque tiene profundas raíces en la cultura italiana.

El término «piano de piano», que resulta en «lentamente lentamente», a menudo se usa para Describe este estilo de vida.

No se trata de ser perezoso o improductivo, sino de sumergirse completamente en la tarea que se debe realizar, mejorando así la calidad del trabajo y la experiencia de la vida global.

La falta de multitarea y adopción del «piano piano» fue un viaje esclarecedor, que ha mejorado considerablemente mi concentración y mi productividad.

4) Redefinir el éxito

En la esfera corporativa de Nueva York, el éxito fue sinónimo de éxito profesional.

Cuanto más subiera a la escala comercial, más éxito tendrá.

Estas fueron promociones, bonificaciones y reconocimiento.

Al ir a Sicilia, me di cuenta de que el éxito podría tener una definición diferente.

Aquí, el éxito no necesariamente significaba un uso de gran potencia o un cheque de pago pesado.

En cambio, se trataba de llevar una vida plena.

Buena salud, tiempo de calidad con familiares y amigos, y el simple placer de disfrutar de una comida casera se ha considerado exitoso.

Tuve que desaprender mi definición anterior de éxito y adoptar esta nueva perspectiva.

Este cambio en el estado mental no fue inmediato, pero una vez que lo besé, encontré un sentimiento más profundo de satisfacción y satisfacción en mi vida diaria.

5) Aprenda a pedir ayuda

En mi vida corporativa, estaba orgulloso de ser autosuficiente.

Pedir ayuda a menudo se consideraba un signo de debilidad o incompetencia.

Entonces, me había condicionado a comprender las cosas por mí mismo, sin importar cuán difícil sea la tarea.

Cuando me mudé a Sicilia, este estado mental se puso a prueba.

Me encontré en un territorio desconocido, luchando con un nuevo idioma y diferentes costumbres.

Las tareas más simples, como la tienda de comestibles o la creación de servicios públicos, se han convertido en desafíos intimidantes.

Rápidamente me di cuenta de que pedir ayuda no era un signo de debilidad, sino una forma de conectarse con mi nueva comunidad.

Mis vecinos estaban más que listos para echar una mano o ofrecer consejos.

A su vez, esta vulnerabilidad ha favorecido relaciones más fuertes y una sensación de pertenencia más profunda.

Disminuir mi duda para pedir ayuda fue una de las lecciones más preciosas de mi viaje siciliano.

Esto me enseñó la importancia de la comunidad y la fuerza que reside en la vulnerabilidad.

6) abandonar la propina instantánea

En el mundo de los negocios de Nueva York, todo era una cuestión de velocidad.

Cuanto más rápido pueda proporcionar resultados, mejor.

Este entorno alimentó una cultura de gratificación instantánea donde la paciencia era una rareza.

Sin embargo, en Sicilia, las cosas no siempre suceden en un solo botón.

Ya sea que se trate de la cosecha de olivo o el lento proceso de fabricación de platos sicilianos tradicionales, todo lleva tiempo.

Tuve que desaprender mi necesidad de satisfacción instantánea y aprender a apreciar la belleza de la paciencia.

Fue una preciosa lección que no solo me permitió aprovechar el proceso, sino también apreciar los resultados.

7) Besar la incertidumbre

¿Lo mejor que tuve que desaprender? La necesidad de control y previsibilidad.

En Nueva York, mis días fueron planeados por minuto.

En Sicilia, la vida es más espontánea e impredecible.

Este cambio fue inicialmente inquietante, pero rápidamente me di cuenta de que la vida no siempre debería planificarse meticulosamente.

Hay Belleza en la espontaneidadEn giros y vueltas inesperados.

La adopción de la incertidumbre me abrió a nuevas experiencias y oportunidades, haciendo que mi viaje siciliano sea más rico y gratificante.

Reflexión final: la belleza del desaprendizaje

El viaje de Lane Fast Corporate a Nueva York en los caminos lentos y pintorescos de Sicilia fue transformador.

No era solo una cuestión de cambiar mi dirección, sino de cambiar todo mi estado mental.

La ausencia a menudo se considera un término negativo, un proceso de olvido o rechazo del conocimiento.

Sin embargo, mi aventura siciliana me enseñó que el desaprendizaje puede ser un proceso magnífico y liberador.

Esto implica dejar ir conceptos preconcebidos, liberarse de los estándares sociales y adoptar una nueva perspectiva.

Se trata de crear espacio para nuevas experiencias, ideas y estilos de vida.

Este viaje me enseñó que nunca es demasiado tarde para desaprender y volver a aprender.

Nunca es demasiado tarde para embarcarse en un viaje al autocoscubrir y transformación.

Y sobre todo, nunca es demasiado tarde para redefinir su vida y encontrar su propia versión de «La Dolce Vita».

Mientras piensas en mi viaje, te invito a pensar en esto: ¿qué creencias o hábitos podrías necesitar desaprender para vivir una vida más rica y satisfactoria?

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