mayo 5, 2024

¿Votar para castigar al gobierno? Las conclusiones que dejan las elecciones constitucionales en Chile

santiago- Los resultados sorprendieron a todos, incluidos los ganadores. El ultraconservador Partido Republicano arrasó en las urnas en Chile en una debacle para todos los partidos políticos mayoritarios y dejó al oficialismo con el peor escenario posible: un nuevo texto constitucional que la derecha puede redactar como le plazca y donde los republicanos, el partido que nunca quería cambiar la Carta Magna del dictador Augusto Pinochet, tiene derecho de veto.

Elecciones apáticas, marcadas por el desinterés y la desafección que terminaron sacudiendo a todos, especialmente a los partidos tradicionales y al gobierno de izquierda Gabriel Boric. El ejecutivo progresista protagonizó así la segunda gran derrota electoral en poco más de un año en el poder, tras la ocurrida en septiembre de 2022 tras el rechazo de la primera propuesta constitucional.

Las elecciones se desarrollaron en un ambiente de intrascendencia política para el electorado porque no fueron estrictamente en asuntos de rutina y de emergencia. Sin embargo, sus resultados consolidan una clara tendencia en Chile hacia la derecha, el ascenso de la extrema derecha y el cambio de rumbo.

Cuando todavía están tratando de averiguar los resultados de las elecciones anterioresEn años marcados en el país por una alta participación en las urnas (nueve elecciones en lo que va de 2020), el mundo vuelve a poner la mirada en lo que sucede en Chile y se pregunta por las razones de este cambio radical, la efervescencia de la explosión social con los resultados aplastantes de los ultraconservadores.

Los republicanos de José Antonio Kast se convierten en el partido con mayor porcentaje de votos solo (35,41%) en las últimas décadas e incluso en la historia de Chile. Para algunos analistas, como Francisco Vidal de la Universidad del Desarrollo, sería el segundo mejor resultado de cualquier partido del país, solo superado por la Democracia Cristiana con un 42% en 1965.

De los 51 escaños disponibles (50 + 1 escaño indígena ganado en la votación), el Partido Republicano ganó 23: una mayoría suficiente para vetar cualquier nueva normativa. Si se alinea con los 11 obtenidos por el grupo Chile Seguro, que representa a la coalición de derecha del expresidente Sebastián Piñera, los dos pueden redactar juntos el nuevo texto constitucional, sin necesidad de dialogar con ninguna otra fuerza política.

‘Mea culpa’ de Boric

El presidente Gabriel Boric, serio, firme y correcto, pronunció este domingo un discurso en el Palacio de la Moneda reconociendo la victoria final de los republicanos pero también pidiéndoles «no cometer el mismo error que cometimos nosotros» al redactar un primer texto constitucional partidario, donde las fuerzas de derecha fueron deliberadamente excluidas.

Pero los resultados dejan lecturas en varios niveles: el fracaso del popular Partido de la Gente en ganar escaños, que se desmorona, pero también el estrepitoso fracaso de la Concertación y los partidos de centroizquierda chilenos que se han reagrupado en una lista que no resultar en cualquier asiento y el alto número de personas que votaron nulo en protesta (casi el 17%) o en blanco (4,5%), un total de 21,5% y más de 2,6 millones de votos.

El presidente chileno, Gabriel Boric, se prepara para votar en un colegio electoral durante las elecciones para una nueva asamblea de redacción de la constitución, en Punta Arenas, Chile, el 7 de abril de 2023.
El presidente chileno, Gabriel Boric, se prepara para votar en un colegio electoral durante las elecciones para una nueva asamblea de redacción de la constitución, en Punta Arenas, Chile, el 7 de abril de 2023. © Presidencia de Chile vía Reuters

“El resultado es el peor de los mundos para el oficialismo”, donde las dos listas en las que participaban por separado debían obtener al menos 2/5 de los escaños (21 de 50) para tener derecho a veto, explicó. en Francia 24 Rodrigo Espinoza, director de la Escuela de Administración Pública de la Universidad Diego Portales.

“Sorprende bastante el avance de los republicanos con un José Antonio Kast que lideró una campaña por todo Chile muy desplegada en el territorio y basada en problemas contingentes, que fue bastante efectiva”, subraya.

un centro vacío

“Esperábamos que el Gobierno saliera segundo”, pero no una victoria republicana tan arrolladora, sino más de la derecha tradicional, que ya habla de tensiones y cambios al interior de la oposición, analiza Julieta Suárez-Cao, profesora de Ciencias Políticas de la Católica. Universidad.

El académico destaca el derrumbe de la derecha tradicional. “El centro métrico, el centro del sistema, que está en el medio entre la izquierda y la extrema derecha, se ha derrumbado, lo cual es preocupante porque la historia demuestra que cuando esto pasa, las cosas buenas no vienen”.

“El centro está vacío en Chile, no hay ningún partido que lo represente”, coincide Sergio Toro, director de la Escuela de Gobierno de la Universidad Mayor. “La extrema derecha está absorbiendo poco a poco lo que pensábamos que era la extrema derecha, que era la UDI” (partido ligado a Jaime Guzmán, el ideólogo de la anterior Constitución) y conserva su capacidad electoral. El Partido Republicano “ya no se posiciona sólo en la extrema derecha, sino que ocupa todo el espectro de la derecha en general”, añade Toro.

Habrá que ver si quienes votaron a los republicanos lo hacen porque «de un momento a otro la gente ha virado en sus bases morales hacia la extrema derecha» o si es un voto de rechazo a lo que está haciendo el Gobierno. , analiza Toro, para quien la respuesta es mixta y está por ver si se convierten en votantes continuados de derecha o de extrema derecha.

El voto obligatorio, la clave de los resultados

Varios analistas también recuerdan la importancia del voto obligatorio durante las dos últimas elecciones, la del plebiscito de salida y la de este mes de mayo. Si en las elecciones que precedieron a estas habían participado con voto voluntario en el mejor de los casos algo más de 7 millones de personas, en el los dos últimos participaron 13 millones y más de 12,4 milloneslo que significa una cantidad de votantes importantes que no han acudido a votar en todos estos años y cuyo comportamiento es difícil de predecir.

Un ciudadano vota en un colegio electoral durante las elecciones para una nueva asamblea que redacte la constitución, en el Estadio Nacional, en Santiago, Chile, el 7 de abril de 2023.
Un ciudadano vota en un colegio electoral durante las elecciones para una nueva asamblea que redacte la constitución, en el Estadio Nacional, en Santiago, Chile, el 7 de abril de 2023. ©Iván Alvarado / Reuters

“Con el voto obligatorio entra también un grupo de personas que no definen su posición ideológica pero sí su acercamiento a determinadas propuestas. Cualquier grupo que esté en el gobierno está amenazado por un grupo de votantes que rechazan las formas en que son dirigidos sin importar la posición ideológica”, analiza Toro.

El objetivo del voto punitivo sería buscar alternativas a los errores del gobierno que, para Toro, “formarían parte de las agendas programáticas y pilares morales de la derecha, como la seguridad y el orden”.

Eso sí, grupos que tradicionalmente no lo han planteado y para los que no forma parte de su plataforma “no se sienten cómodos y genera ambivalencia política”. Para el académico, el triunfo del Partido Republicano se debe en gran medida a que ha sido consecuente en sus posiciones y a que “en tiempos de incertidumbre, la gente está más que nunca buscando certezas”.

“El gobierno cayó mucho en esto, no siguiendo la línea con la que fue elegido, yendo de un campo a otro, siendo ambivalente”, agrega. “La gente busca certezas, pero el ejecutivo ha sido errático y todo el grupo político que viene con eso Se ve con resentimiento”, dijo.

¿Constitución de Kast o Pinochet?

En cuanto al futuro, ¿cuáles son las posibilidades de que la nueva Constitución sea más progresista o muy diferente a la que ya existe desde la dictadura?

«Tendríamos suerte si la nueva Carta no difiriese mucho de la actual, podría ser una Constitución mucho más autoritaria y que suponga retrocesos importantes en materia de derechos», apunta Suárez-Cao y coincide Toro para quien «la paridad social o exigencias ecológicas, les será más difícil entrar” en la propuesta de la Carta Magna.

Sin embargo, como hay un plebiscito para salir del texto el 17 de diciembre, los dos bloques de derecha tendrán que buscar una conversación más amplia para que el texto sea aprobado “y que la historia del 4 de septiembre no se repita”. De no ser así, “habrá críticas por el carácter partidista de la Constitución, como sucedió en el primer proceso”, dice Marcelo Mella, politólogo de la Universidad de Santiago, USACH.

En cuanto al segundo gran efecto de las elecciones, los cuatro analistas consultados por France 24 coinciden en que tendrá un impacto significativo en el gobierno y en su capacidad para negociar las reformas que quiere impulsar.

El líder del Partido Republicano de extrema derecha, José Antonio Kast, gesticula durante una conferencia de prensa, después de las elecciones para una nueva asamblea que redacta la Constitución, en Santiago, Chile, el 7 de mayo de 2023.
El líder del Partido Republicano de extrema derecha, José Antonio Kast, gesticula durante una conferencia de prensa, después de las elecciones para una nueva asamblea que redacta la Constitución, en Santiago, Chile, el 7 de mayo de 2023. © Stringer vía Reuters

Rodrigo Espinoza cree que es posible que «se endurezca aún más el papel de la oposición de derecha para tratar de frenar las reformas del gobierno, en particular la ley corta de isapres (salud privada), la reforma de pensiones, la reforma tributaria, la posibilidad que se estaba analizando». registrarlo en el Senado o la discusión por el salario mínimo».

La pérdida del respaldo electoral del oficialismo «aumentará el precio de los costos de negociación con los sectores de la oposición» y es probable que la reforma tributaria, de salud y de pensiones «siga yendo más a la derecha en su contenido», ya que el costo de negociar y asegurar mayorías para los aumentos ejecutivos ya que ha perdido apoyo público, dice Mella.

Los próximos dos o tres años de la Administración Boric van a tener que ser gobernados seguramente sobre la base de estos resultados que en el mediano plazo podrían ser muy importantes para los logros del mandato del presidente izquierdista que llegó a La Moneda con grandes expectativas de la Ciudad.

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